El gobierno japonés ha anunciado que verterá agua contaminada al océano Pacífico, proveniente de las centrales nucleares de Fukushima Daiichi, siniestrada hace una década por un terremoto y un tsunami.
La decisión ya ha desatado una polémica en la comunidad internacional, en medio de las voces críticas de algunos países vecinos, de grupos ambientalistas y de las comunidades pesqueras locales. Incluso ha inspirado protestas frente a la residencia del primer ministro Yoshihide Suga. Sin embargo, ha sido respaldada por la Agencia Internacional de Energía Atómica y al menos algunos expertos independientes.
Cómo y por qué planean hacerlo
El plan del Gobierno nipón, consiste en verter al mar más de un millón de toneladas de agua contaminada de la central nuclear, que quedó destrozada en marzo de 2011 por el sismo más fuerte jamás documentado en Japón y un tsunami posterior. Se prevé que los trabajos arranquen dentro de dos años, mientras que todo el proceso tardará décadas, según las proyecciones.
La decisión del gobierno surgió debido a que los tanques de contención se han estado llenando desde el desastre de 2011. En septiembre, el agua almacenada ascendía a 1,23 millones de toneladas y llenaba 1.044 tanques. Según el operador de la planta, Tokyo Electric Power Co. (TEPCO), se prevé que su capacidad de almacenamiento llegará al límite en 2022 si no se toman medidas primero.
Sin embargo, antes de ser vertida, TEPCO planea filtrar el agua contaminada para eliminar isótopos nocivos, y diluida hasta cumplir con todos los estándares internacionales, dejando solo tritio, un isótopo radiactivo de hidrógeno difícil de separar del agua.
Yoshihide Suga, primer ministro japonés, indicó que arrojar el agua al mar es «una tarea inevitable para desmantelar la planta y reconstruir el área de Fukushima».
Polémica
China y Corea del Sur son los principales oponentes al plan nipón. Como era de esperarse, lanzaron fuertes críticas contra el plan.
El Ministerio chino de Exteriores lamentó que Japón haya decidido unilateralmente verter las aguas residuales nucleares al mar «antes de agotar todas las vías seguras para su eliminación y sin consultarlo plenamente con los países vecinos y con la comunidad internacional». Asimismo tildaron el suceso como «irresponsable y que afectará gravemente a la salud humana y a los intereses inmediatos de la población de los países vecinos». Declaración respaldada por la portavoz de la Cancillería rusa, María Zajárova, que expresó una «seria preocupación» por el suceso.
Por otro lado, la preocupación más relevante es el efecto sobre los residentes locales y la vida marina alrededor del punto de descarga. Los sindicatos de pescadores de Fukushima temen que, sea cual sea el riesgo real, las percepciones perjudiquen su capacidad para vender sus capturas.
Además, grupos ambientalistas como Greenpeace advierten que los materiales radiactivos que permanecen en el agua, como el carbono-14, pueden «concentrarse fácilmente en la cadena alimentaria».
¿Qué tan peligroso es esto, según los científicos?
Geraldine Thomas, presidenta de patología molecular del Imperial College de Londres y experta en radiación, opina en declaraciones a AFP que «el tritio no representa en absoluto un riesgo para la salud, particularmente, cuando se toma en cuenta el factor de dilución del océano Pacífico».
Ken Buesseler, científico principal de la Institución Oceanográfica Woods Hole en Massachusetts, argumenta que su preocupación «son los contaminantes radiactivos diferentes del tritio que aún permanecen en los tanques en niveles altos». «Estos otros contaminantes son todos de mayor riesgo para la salud que el tritio y se acumulan más fácilmente en los mariscos y los sedimentos del fondo marino».
Sin embargo, existe la preocupación de que el proceso de eliminación de elementos radiactivos más peligrosos de los tanques dejé algunos residuos perjudiciales. Un tratamiento adicional podría reducir estos contaminantes a niveles seguros, pero TEPCO y el gobierno japonés no han indicado que esto esté planeado.
Entre los científicos hay un consenso acerca de que el impacto en la salud es minúsculo. Pero, no se puede decir que el riesgo sea cero, «que es lo que genera controversia», indicó Michiaki Kai, experto en evaluación de riesgos de radiación en la Universidad de Enfermería y Ciencias de la Salud de Oita, en Japón.
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