La Isla de Pascua, conocida por su nombre polinesio como Rapa Nui, es famosa por sus enormes estatuas de piedra llamadas moáis. Sin embargo, hay otro enigma igualmente intrigante que rodea a esta isla remota: un antiguo sistema de escritura que no ha podido ser descifrado hasta ahora.
Esta antigua forma de comunicación llamada Rongorongo, está compuesta por glifos tallados sobre madera y ha desconcertado a los expertos durante décadas. Sigue siendo uno de los mayores misterios sin resolver de la arqueología y la lingüística.
Orígenes desconocidos
La Isla de Pascua, que ahora es un territorio especial de Chile, es la isla habitada más remota de la Tierra, ubicada a más de 2.000 kms (1.298 millas) de su vecino poblado más cercano.
Según la tradición oral de la zona, el ariki Hotu Matu’a fue el primer rey que llegó a la Isla de Pascua, junto a él llevaba 67 tablas que correspondían a las sabidurías Maorí, donde se explicaba la astronomía, la navegación, entre otras cosas; sin embargo, en ningún otro lugar de la Polinesia se ha documentado ni encontrado este tipo de escritura.
Otra teoría sobre el origen de las tablillas de Rongorongo, indica que fueron llevadas por los primeros pobladores, probablemente procedentes de las islas Marquesas o Gambier, que hoy forman parte de la Polinesia Francesa.
Por otro lado, algunos creen que fue mucho antes del contacto europeo, que comenzó cuando el navegante holandés Jacob Roggeveen llegó a la isla el domingo de Pascua de 1722; mientras que otros argumentan que surgió en la década de 1770, después de que el pueblo rapanui vio la escritura europea por primera vez durante una expedición española a la isla. Pero, hasta ahora los académicos no se han puesto de acuerdo sobre cuándo surgió con certeza el sistema de escritura.
La primera tablilla con escritura Rongorongo fue encontrada por por el fraile laico de la Iglesia Católica Romana, Eugène Eyraud, que llegó a la Isla de Pascua como misionero en 1864.
Desafíos de la interpretación de esta antigua escritura
La ancestral escritura en sí consta de alrededor de 120 símbolos extraídos de la naturaleza, donde puede verse desde peces hasta plantas y vegetales. Tiene más de 450 variantes y estas se pueden ampliar aún más a miles de símbolos compuestos.
Estos símbolos fueron grabados con objetos punzantes, como dientes de tiburón y puntas de obsidiana, en tablillas de madera. Las tablillas varían en tamaño y longitud, y presentan inscripciones en forma de líneas y símbolos grabados con herramientas de piedra.
Hasta ahora, los investigadores han logrado distinguir ciertos personajes como tortugas marinas, ciempiés, árboles, hombres y posiblemente deidades.
A lo largo de los años, han habido varios intentos de descifrar la escritura, pero ha resultado una tarea difícil, ya que hay una gran falta de datos. Sólo han sobrevivido 26 tablillas de rongorongo, la que se encuentra en el Museo Rapa Nui es una réplica y todos los originales se encuentran en el extranjero, predominantemente en Europa, Estados Unidos y Chile continental. Algunos tienen sólo unas pocas líneas de texto.
La tablilla de madera más grande con inscripciones rongorongo se encuentra en exhibición en el Museo Etnológico Dahlen en Berlín, Alemania. La pérdida de la mayoría de las tablillas originales en la historia temprana de la Isla de Pascua ha limitado aún más la posibilidad de descifrar el sistema de escritura.
Una de las características más llamativas del Rongorongo es su disposición bidireccional: las inscripciones se leen en línea recta de izquierda a derecha, luego al revés, y así sucesivamente. Esta peculiaridad ha dificultado aún más su interpretación, ya que no sigue las convenciones de escritura lineal a las que estamos acostumbrados.
A diferencia de otros sistemas de escritura más conocidos, como el egipcio o el maya, el Rongorongo carece de una piedra Rosetta que pueda proporcionar una clave para su traducción.
El hecho de que existan pocas tablillas y algunas estén incompletas, dificulta la identificación de patrones consistentes. Sumado a esto, el conocimiento de la lengua rapanui en la época en que se tallaron las tablillas es limitado, lo que hace que sea aún más difícil asignar valores específicos a los símbolos.
Sólo pocos lo conocían
Al parecer, el Rongorongo se utilizaba principalmente con fines religiosos y sólo lo entendían las élites locales.
«Sólo un puñado de personas sabias y alfabetizadas, según la tradición sólo hombres, podían interpretar los textos», explica Cristián Moreno Pakarati, jefe de investigación de la Sociedad de Pioneros Rapanui. Por ello, el conocimiento de la escritura empezó a desaparecer en el siglo XIX.
Teorías de posibles significados
A lo largo de los años, se han propuesto diversas teorías sobre el significado y el propósito del Rongorongo. Algunos investigadores sugieren que podría haber sido un registro de genealogías, cuentos o incluso una forma de codificación de información. Otras teorías sugieren que podría haber tenido un propósito ceremonial o religioso.
Una de las teorías más intrigantes es que el Rongorongo podría haber sido influido por contactos con culturas de América del Sur, como la civilización inca. Esta teoría se basa en algunas similitudes superficiales entre los símbolos del Rongorongo y las representaciones artísticas incas.
A medida que avanzan las técnicas tecnológicas y lingüísticas, existe la esperanza de que algún día el Rongorongo revele finalmente sus secretos. Como es el caso del reciente uso de inteligencia artificial para descifrar tablillas mesopotámicas. Tal vez, la colaboración interdisciplinaria entre arqueólogos, lingüistas, antropólogos y científicos podría ser la clave para resolver este enigma que ha desconcertado a la humanidad durante tanto tiempo.
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