La fascinante ‘Cueva de los Nadadores’ hallada en el desierto del Sahara

La fascinante ‘Cueva de los Nadadores’ hallada en el desierto del Sahara

¿Qué es lo primero que te imaginas cuando escuchas el desierto del Sahara? Seguramente, se vienen imágenes a tu mente de un desierto árido, mucha sequía e inmediatamente lo asociamos con calor. Actualmente así luce este lugar, pero no siempre fue así.

Los registros dicen que hace miles de años era totalmente distinto, contaba con vegetación y era el hogar de muchos animales. Incluso, existió un místico lugar llamado La cueva de los Nadadores. A continuación daremos una vuelta al pasado y veremos lo fascinante que era.

El desierto del Sahara hace miles de años

El Sahara no siempre fue el extenso desierto que actualmente conocemos. Crédito: Nuestro clima.

Si regresamos al pasado podemos darnos cuenta del asombroso cambio que ocurrió en el Sahara. Por ejemplo, este lugar era extraordinariamente verde cubierto de una maravillosa vegetación. En él habían praderas, bosques, ríos, lagos y habitaban una gran variedad de animales, como si se tratara de un paraíso.

Podemos confirmar la certeza de esto por las pruebas que se encuentran en el mismo desierto: en las rocas, en fósiles, en petroglifos y en pinturas rupestres hecha por locales de esa época. Entre estos registros figura un interesante lugar llamado La cueva de los Nadadores.

El fascinante descubrimiento

Se encontraba en las remotas montañas de Gilf Kebir, en el suroeste de Egipto, cerca de la frontera con Libia. Su descubrimiento lo hizo el explorador de origen Húngaro por nombre László Almásy en octubre del año 1933.

Dentro de la imponente cueva, ubicada en Wadi Sora, se pueden apreciar representaciones pequeñas de arte. Estas pueden traducirse como una ilustración de personas nadando, y posiblemente creadas durante el Neolítico, hace unos 8.000 años.

Representaciones humanas en La Cueva de los Nadadores. Crédito: Wikimedia Commons.

En la cueva pueden apreciarse también pinturas de animales como jirafas, antílopes y orix, lo cual indica que, en el momento de ser pintadas, la zona podía tratarse de un gran oasis en el que existiera un lago en el que bañarse y tomar agua.

Asimismo, a sólo 10 km de la Cueva de los Nadadores, encontramos otro gran testimonio de arte de nuestros ancestros humanos llamada la «Cueva de las Bestias», con una de las representaciones de arte rupestre más enigmáticas que, se estima, tienen unos 7.000 años de antigüedad y fue descubierta en 2002.

Esta caverna contiene un «panel» de 17 metros de largo y 3 de alto con más de 5.000 figuras pintadas sobre todo en rojo, pero también en amarillo, blanco y negro que representan manos en negativo, grupos de hombres y animales gigantes acéfalos, que aun no han sido identificados, a los que se les llamó «bestias».

Aunque aun no se sabe qué animal representa, fue llamado la «bestia».

El libro el Sahara desconocido

El explorador creó este libro inspirado en lo que encontró, explicando todo al detalle. Él asegura que las representaciones de la cueva hacen referencia a escenas de la vida real de esa época. Por consiguiente, esto arroja la posibilidad de que existió un cambio climático que marcó un antes y un después en el Sahara.

Esta última teoría en aquel entonces era nueva, lo que hacía que fuese dudosa. De hecho, para incluirla en el libro, el editor tuvo que verse en la obligación de colocar notas. De esta forma, podía dejar en claro que no compartía esta opinión del escritor.

Otros historiadores creían en el cambio del Sahara

Historiadores antiguos como Heródoto y Estrabón ya habían hecho la acotación sobre el clima del desierto. Ellos mencionaron que la existencia de un Sahara húmedo y rico en vegetación pudo ser posible. Sin embargo, los científicos no los tomaron en serio por motivo de su carácter anecdótico.

A mediados del siglo XX salen a la luz una cantidad de pruebas que demostraron algo interesante. Comprobaban que a principios y mediados del Holoceno, el norte de África subtropical era húmedo. Actualmente lo conocemos como Periodo Húmedo Africano, antes había bosques verdes en las proximidades de los lagos y ríos.

Paleoclimatólogos han llegado a comparar la vegetación del ‘Sahara Verde’ con la del actual Serengueti (Tanzania), donde destacan cursos permanentes de agua, sabanas, praderas y algunos bosques.

Comienza el cambio de clima

Toda esa maravillosa vegetación y la hermosa naturaleza que alguna vez existió, comenzó a marchitarse. Aproximadamente hace entre 6.000 y 5.000 años, el clima comenzó a cambiar llevándose la abundancia de vegetación con el. Como consecuencia, el Sahara se convirtió en lo que hoy conocemos.

Pasó de tener bosques en abundancia, a ser árido y llenándose de la arena que migraba de los lagos secos. Además, llegó a ser un lugar inhabitable para los seres humanos, quienes a raíz de esto se mudaron al Nilo. Cambiando por completo su estilo de vida y acoplándose a la sociedad del antiguo Egipto con los faraones.

Los investigadores realizan expediciones

Almásy, quien fue el encargado de descubrir la cueva también se aventuró en el desierto de Libia. Esto ocurrió a finales de los años 20 y a principios de los 30, en 1932. Esta nueva expedición tenía como fin encontrar el legendario Zerzura, el Oasis de los Pájaros. Lo hizo en compañía de otros 3 exploradores de origen británico, a bordo de un avión.

Mientras estaban el aire realizaron un escaneo del desierto, encontrándose con 3 valles ocultos. La ubicación de estos estaba en el norte del Gilf Kebir, y se encontraban camuflados tras la vegetación. Lamentablemente, los múltiples intentos para llegar allí resultaron en fracaso.

Posteriormente, en 1933 Almásy se embarcó en otra expedición, esta vez junto al notable etnógrafo alemán Leo Frobenius, y logró entrar. Descubrió muchos yacimientos de arte rupestre prehistórico, entre ellos la Cueva de los Nadadores en Wadi Sora.

Este asombroso lugar alcanzó una mayor fama gracias al relato ficticio de sus viajes que fue representado en la película El Paciente Inglés, donde László Almásy fue interpretado por Ralph Fiennes. En el film, una réplica de la cueva apareció, lo que pronto provocó que se convirtiera en un lugar turístico.

Arriba: Foto original de la expedición de Almásy. Abajo: Fragmento de la película ‘El paciente inglés’. Créditos: alchetron / Pasajes de Cine

Sin lugar a dudas este sitio, conocido como la ‘Capilla Sixtina del Sahara’, hace parte de un conjunto pictórico único, enigmático y fascinante que nos permite dar un vistazo a la prehistoria, en un lugar que cientos de años atrás tenía un clima y ambiente muy diferentes al árido desierto que podemos apreciar actualmente.

Referencias: Clarin / Fundación Bradshaw.

 

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