Ubicado en la cima de una espectacular montaña en la región de Adiyaman, a unos 2.206 metros de altura sobre el nivel del mar, se encuentra el monte Nemrut. En él, hacen presencia imponentes estatuas de hasta 10 metros de altura junto a impresionantes cabezas de un tamaño descomunal. ¿Quiénes las construyeron? ¿Qué representan? ¿Cómo llegaron allí? Echemos un vistazo a su interesante historia.
Descubrimiento de las ruinas del monte Nemrud
Corría el año 1881 cuando Karl Sester, ingeniero de origen alemán, se encontró con algo impresionante y diferente. Sester, que trabajaba en la construcción de carreteras en Adiyaman para el Imperio Otomano, se había topado con las ruinas del monte Nemrud, un hallazgo de sobresaliente importancia y él lo supo al instante.
Es por eso que Karl se aseguró de que la Academia Real prusiana se enterara de lo sucedido y enviara a un especialista al lugar para ver de qué se trataba.
El asignado para dicha comisión fue Otto Punchstein quien al llegar al lugar comenzó las excavaciones de lo que era el mausoleo de Antíoco I Teos, rey del Reino helenístico Comagene.
Propósito del rey Antíoco I Comagene
En el año 190 a.C., el entero Imperio Seléutico había sido acabado y derribado por los romanos. Así que el rey del reino Comagene, Antíoco I Teos decidió reunir a los griegos, persas y armenios para que formaran una «familia». Su propósito era unificar el reino y ofrecer seguridad a su linaje, después de ver los desastrosos resultados de la guerra.
Se dice que el rey Antíoco I contaba que su origen era casi divino y que procedía de una familia de hombres imponentes y de dioses como Mitrídates, Darío el Grande y Alejandro Magno. Incluso, hasta llegó a promulgar leyes que afirmaba emanaban directamente de los dioses.
Sin embargo, Antíoco buscaba que sus súbditos fueran realmente felices, de modo que decidió construir un templo que unificara las creencias y cultura del lugar. Este, sería el lugar donde más tarde fue enterrado el propio rey, cuya tumba se adornó con espectaculares estatuas de piedra caliza.
Características del mausoleo
La estructura circular del mausoleo es conocida como «hierotheseion» y cuenta con nada menos que 159 metros de diámetro bordeados por tres terrazas artificiales. Dichas terrazas están orientadas hacia el este, oeste y el norte, según su posición. En cada una de ellas se encuentran inmensas estatuas de dioses. ¿Por qué razón?
La respuesta la podemos ver en la altura de esta majestuosa obra. Y es que, fue fabricada sobre el monte Nemrud a más de 2.200 metros ya que el rey Antíoco quería permanecer cerca de sus padres dioses. ¿Qué lo llevó a pensar de ese modo? Recordemos que estaba realmente convencido de que Darío el Grande y Alejandro Magno (que según algunos eran dos dioses en forma humana), formaban parte de sus ancestros.
Curiosamente, al oeste se encuentra una gran losa con un león conocida como «El horóscopo del rey», donde se muestra la conjunción de los planetas Júpiter, Mercurio y Marte que tuvo lugar el 7 de julio del año 62 a. C sobre la constelación de Leo.
En el pecho del león aparece también la Luna, objeto celeste que formó parte de aquel espectáculo nocturno y encima la estrella alfa de la constelación, la cual representaría Antíoco I. Algunos expertos especulan que esta fue la posible fecha del inicio de la construcción del monumento, otros que representa el día que fue investido rey por los romanos.
El enigma de las cabezas gigantes
Durante la herejía iconoclasta algunos fanáticos decidieron derribar las cabezas de las estatuas de los dioses y dejarlas esparcidas por el suelo. Pero no se trataba de simples cabezas, eran inmensas en comparación con el tamaño de un ser humano. Con medidas de alrededor de 7-8 metros de altura, cualquiera se vería diminuto a su lado.
Las cabezas, que en la actualidad se encuentran prácticamente en el mismo lugar donde fueron abandonadas, representan a diferentes dioses. Deidades como Apolo-Hermes, Tiké de Comagene, Zeus-Oromasdes y Ares-Hércules representados por cabezas de león y de águila, son algunos de los que se pueden apreciar.
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Otra de las estatuas muestra una cabeza humana que personifica a Antíoco de Comagene. Así mismo, en la terraza que mira hacia el norte se puede ver la estatua de este rey cercano a Apolo, Ares y Zeus. Todas las imágenes transmiten un aire griego-persa, que se expresaron artísticamente después de la conquista de Alejandro.
Destino turístico
Para el año 1987 las ruinas del monte Nemrut pasaron a pertenecer al Patrimonio de la Humanidad de la Unesco. Muchos concluyen que las vistas que se pueden apreciar desde sus alturas son incomparables. Incluso, muchos de los visitantes deciden madrugar para disfrutar de los espectaculares amaneceres del lugar.
Para quienes disfrutan de echar un vistazo al pasado este destino resulta ideal, no solo por sus espectaculares vistas, sino también por su atractiva conservación de piezas históricas.
El monte Nemrud deja ver cómo nuestros antecesores buscaban inmortalizar a sus gobernantes, reyes y deidades con colosales estatuas. Y aunque ahora es llamado la «vieja morada de los dioses», surgió de los delirios de grandeza y/o genialidad política de un rey auto proclamado un dios entre los vivos, que le impulsó a erigir estos gigantes de piedra. Sin lugar a dudas, un sitio fascinante.
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