Durante mucho tiempo los felinos han sido una de las mascotas favoritas de los seres humanos. Pero para los egipcios estos pequeños animales de compañía eran realmente importantes. Incluso, llegaron gradualmente a convertirse en símbolos de divinidad y protección.
La importancia de los gatos para los egipcios
Los gatos se encontraban presentes en distintos ámbitos de la vida de los egipcios; comenzaron siendo usados para el control de plagas como serpientes y escorpiones, además de que solían ser una compañía muy apreciada. Sin embargo, muchos otros eran útiles para fines religiosos. En el antiguo Egipto, algunos felinos eran venerados.
Por otro lado, se ha llegado a la conclusión según la historia, de que estos valían más que cualquier persona. No estamos seguros de si los egipcios creían o no en la leyenda de que los gatos tenían 7 vidas. Si sabemos que para ellos la vida que tenía el animal era muy apreciada.
También se sabe que las personas eran muy afectuosas con sus mascotas, ellos cuidaban muy bien de ellas. No las tenían solo por tenerlas, sino que llegaban a amarlos hasta el punto de que estos animales eran enterrados con sus amos.
Además, a los felinos domésticos se les daba la gran misión de salvaguardar los papiros sagrados, libros, archivos, registros y las bibliotecas. Convirtiéndose en el principal protector de la sabiduría, una de las mayores riquezas del país del Nilo.
Protectores espirituales
En las tumbas de los antiguos egipcios se representaba a la familia, sus títulos y premios más importantes y las cosas que disfrutaba hacer. Entonces, ver gatos incluidos en estos cuadros habla de su importancia tanto en la vida cotidiana como en su esperanza de que continuaran con ellos en el ‘más allá’.
En aquel tiempo, los egipcios consideraban a los gatos como seres espirituales: aunque estaban de manera física, también creían que trascendían del plano terrenal para ser mediadores con los muertos. Incluso pensaban que los gatos podían ver el interior del alma humana.
A los niños, generalmente les acompañaban gatos, ya que se tenía la creencia de que estos los mantenían a salvo de los malos espíritus durante su crecimiento.
En el Reino medio egipcio encontramos las llamadas ‘varas mágicas’ o cuchillos de protección que tenían imágenes representativas de felinos, cuya finalidad era defender a la persona que los portaba en contra de entidades negativas.
Durante el reinado de Amenhotep III, el gato fue tomado como símbolo del orden y representante del Sol. Es mencionado en el capítulo XVII del Libro de los Muertos, donde puede leerse: «… El Gran Gato es el mismo dios Sol…». Se pensaba que el Gran Gato luchaba todas las noches contra el terrorífico monstruo serpentino Apep.
Por otro lado, los gatos no solo eran apreciados por los egipcios, pues diferentes culturas, incluyendo a las civilizaciones japonesa, china y escandinava tenían en gran estima esta mística capacidad de los gatos.
Incluso en la actualidad, se piensa que los gatos tienen la facultad de controlar las intenciones de seres dimensionales para asegurarse de que el espíritu no se vuelva una amenaza en su territorio, ni para las personas que lo habitan. De esta manera, lo disipa mediante su propia capacidad para eliminar la energía negativa.
¿De donde proviene la veneración egipcia a los gatos?
Los gatos forman parte de la cadena de la familia de los felinos al igual que el león. Los egipcios en los ojos del león podían ver los rayos de sol que iluminaban y apartaban la oscuridad. Por otro lado, es importante destacar que el dios del sol Ra, era muy importante para ellos.
De esta manera el gato llegó a ser adorado por las personas en el antiguo Egipto, convirtiéndose en «sagrado» para su cultura. Se llegaron a hacer réplicas en templos y pirámides con la finalidad de que brindaran su protección a los dioses.
Las primeras acciones para dar culto al gato
La primera vez que se inició el culto al felino fue por Bastet, la diosa egipcia del hogar. Representaba los secretos femeninos, la domesticidad, el parto, la fertilidad, la luz y el calor.
Empezó a representarse con cabeza de gato, y debido a estos rasgos felinos también simbolizaba la noche, la luna y el misterio. Se creía que esta diosa ayudaba en la fertilidad de los hombres, además curaba enfermedades y velaba por las almas de quienes habían muerto.
Aunque los egipcios tenían varias diosas representadas como felinas, entre ellas Sekhmet, quien tenía cabeza de león, o Mafdet muy parecida a un guepardo o leopardo; solo Bastet representaba al gato doméstico.
¿Cualquier persona podía tener un gato en la antigüedad?
En realidad, anteriormente en las tierras egipcias no cualquiera podía poseer un felino y mucho menos domesticarlo. Este gran honor solo lo tenían los faraones, incluso en aquella época, estaba completamente prohibido vender, maltratar o matar a los gatos.
¿Había algún castigo para quienes mataban a los gatos? Desde luego que sí, había una ley que castigaba con la muerte a cualquier persona que matara a un felino. Aunque es cierto que los egipcios consideraban sagrados a las serpientes, vacas y peces, el más sagrado sin duda era el gato.
Nuevo imperio, nuevas normas
Con el paso del tiempo, se dice que empezó a verse con mayor frecuencia dibujos donde los gatos fueron domesticados por personas. Se calcula que esto tuvo lugar en el imperio nuevo, a partir del año 1552 a.C.
Además de apreciar su capacidad para mantener a los roedores, serpientes y otras plagas fuera de sus hogares, los antiguos egipcios entendieron que los gatos de todos los tamaños son inteligentes, rápidos y poderosos. La mascota llegó a convertirse en la favorita de numerosos miembros de la realeza.
¿Qué sucedía con los gatos que fallecían?
Gracias al famoso escritor Heródoto, podemos saber que cuando estos felinos morían, eran trasladados a edificios sagrados. Con la finalidad de ser embalsamados y recibir un entierro digno. Aunque algunos, incluso, eran sepultados con sus amos.
Se sabe que estos animales eran superiores a otros para los egipcios por el hecho de que ellos no eran venerados sólo en vida. Una vez que morían, seguían siendo muy importantes, al punto de llegar a momificarlos, para mantener su estatus e integridad después de la muerte.
La alimentación de los venerados felinos
Las mascotas eran tan importantes para sus amos que su alimentación era mucho mejor que la de un esclavo. Ellos tomaban leche recién ordeñada, comían pan fresco y pescado sacado del río Nilo, eran mantenidos como dioses.
En una oportunidad un romano mató a un gato accidentalmente, y la gente lo linchó, así de importantes eran los animales para las personas. Incluso, se dice que cuando un gato moría, su amo se rasuraba las cejas en señal de duelo.
Durante toda la historia de Egipto, los gatos fueron las mascotas favoritas de los habitantes del Valle del Nilo, fieles compañeros que fueron inmortalizados en tumbas, templos, edificios públicos y palacios, ya que para los antiguos egipcios, su sola presencia garantizaba armonía, prosperidad y protección física y espiritual.
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