Antes de partir a un viaje de campamento el fin de semana con amigos, Tia Wilson montó una cámara de caza en su jardín, esperando atrapar al zorro que mató a una docena de sus pollos este año.
Desplazándose por las imágenes el lunes, en el transcurso de varios cuadros vio a un zorro, gatos, niños, autos y algo mucho más curioso: lo que parece ser un hombre con una mochila parada cerca de la puerta de su casa a las 8:58 del sábado por la noche.
Él estaba allí un segundo, y al siguiente se desvaneció.
«Nos sorprendimos». Inicialmente, me asusté porque creí que había alguien en nuestro patio. ¿Son las 9 de la noche, quién está en nuestra casa?», dijo Wilson.
Aún más extraño fue el hecho de que no había ningún signo de la figura en ninguna otra imagen, a pesar del hecho de que la cámara toma una foto a intervalos de diez segundos.
«Si alguien estuviera caminando por nuestra entrada, habría captado una foto de ellos mucho antes, en el borde de nuestro jardín», dijo. La imagen del hombre aparece más cerca del centro del encuadre.
La figura que se ve en la foto, aparenta tener un cuerpo completo y está de pie, con una mochila gruesa y un sombrero.
Wilson le preguntó a un vecino al día siguiente si su granja de 1820 alguna vez había sido el hogar de cualquiera que hubiera estado en el ejército. Ella descubrió que un hombre llamado John había peleado en la Segunda Guerra Mundial.
«Él regresó y le propuso matrimonio al amor de su vida. El día de su boda, él apareció, pero ella no», dijo Wilson. «Terminó viviendo en la casa y nunca se casó. Estoy empezando a llamarlo John (a la figura), porque no he retrocedido más (en la historia) que eso. Parece algo dentro de la década de 1900, así que la Segunda Guerra Mundial tiene sentido».
Una de las luces exteriores de su casa tiene una bombilla verde, un símbolo de bienvenida a casa de veteranos. Ella se pregunta si tal vez eso lo atrajo.
Créditos imagen: Tia Wilson.
