Una mujer en el Reino Unido visitó al oftalmólogo porque su párpado izquierdo había estado hinchado y caído durante seis meses. Además los médicos podían sentir un pequeño bulto debajo de la piel, según un informe de su caso, publicado en la revista BMJ Case Reports.
Una resonancia magnética reveló un quiste “bien definido”, que mide 8 por 4 por 6 milímetros (0,31 por 0,16 por 0,24 pulgadas), justo por encima del ojo izquierdo. Posteriormente, los médicos extirparon quirúrgicamente el quiste.
Una vez que se removió el quiste, los doctores lo abrieron, revelando un lente de contacto extremadamente frágil adentro.
La mujer no pudo recordar de inmediato cómo llegó ahí el lente de contacto o cuánto tiempo había estado allí. Pero luego, su madre recordó que ella había sido golpeada en el ojo 28 años antes, durante un juego de bádminton. Aparentemente, la mujer, que entonces tenía 14 años, perdió su lente de contacto en ese momento y nunca lo encontró. Después de eso, nunca volvió a usar lentes de contacto.
Los doctores que trataron a la mujer dijeron que podían «inferir que el lente [de contacto] migró al párpado superior izquierdo de la paciente en el momento del trauma y [permaneció allí] durante los últimos 28 años».
Aún así, es un misterio por qué el lente de contacto solo causó hinchazón e inflamación casi tres décadas después, escribieron los médicos. No hubo «desencadenantes que podrían haber provocado el inicio de los síntomas», escribieron.
La mujer le dijo a los médicos que su párpado izquierdo había estado caído durante mucho tiempo, pero que no había sido motivo de preocupación. Los médicos suponen que esta caída se debió a que el lente de contacto se quedó incrustado.
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