El ejemplo del brasileño Sebastião Salgado y su esposa Lelia Deluiz Wanick, es un llamado de atención a lo que puede lograrse con dedicación y amor a la naturaleza.
Sebastião Salgado regresó a casa en Brasil en 1994 después de pasar años en el extranjero. Como fotógrafo, acababa de regresar de una experiencia desgarradora que documentaba el genocidio de Ruanda, esperando encontrar consuelo en el paraíso de la selva cubierta de árboles que había dejado atrás.
Sin embargo, cuando regresó a Minas Gerais, descubrió que el bosque que había pertenecido a sus padres se había secado completamente y había muerto debido a la deforestación y la explotación incontrolada de sus recursos naturales, especialmente el mineral de hierro. Él y su esposa decidieron hacer algo al respecto, y pasaron los siguientes 20 años replantando todo el bosque.
«La tierra estaba tan enferma como yo, todo fue destruido», dijo Salgado al periódico The Guardian.
«Solo alrededor del 0,5% de la tierra estaba cubierta de árboles. Entonces mi esposa tuvo una idea fabulosa para replantar este bosque. Y cuando empezamos a hacer eso, todos los insectos, aves y peces regresaron y, gracias a este aumento de árboles, también renací, este fue el momento más importante».
Restaurando el bosque
La pareja creó el Instituto Terra con el noble objetivo de restaurar la propiedad de 17,000 acres a su estado natural. La organización que crearon y administraron socios y voluntarios reclutados, se dedicó a plantar 2 millones de árboles jóvenes.
Cuidando las plantas, todas cuidadosamente obtenidas y nativas de la zona, pudieron restaurar el bosque, que floreció en los 20 años siguientes.
No fue facil… Primero tuvieron que restaurar el nitrógeno del suelo, plantando leguminosas, antes de poder plantar plántulas. Incluso entonces, después de la primera siembra, la mayoría de las plantas murieron en el suelo.
«Hicimos los agujeros demasiado apretados», dijo Salgado al Smithsonian. «Durante semanas estuve enfermo, enfermo por ver este desastre».
Se mejoraron y al año siguiente solo perdieron el 20 por ciento de las plantas. Hoy en día, es sólo alrededor del 10 por ciento. El bosque, ahora restaurado y alberga a todo tipo de vida silvestre local, incluidas las serpientes y las aves, es una reserva natural y sin fines de lucro. La organización además forma a los jóvenes ecologistas, que siembran y nutren a millones de plántulas en el vivero.
En total, han regresado 172 especies de aves, así como 33 especies de mamíferos, 293 especies de plantas, 15 especies de reptiles y 15 especies de anfibios, todo un ecosistema reconstruido desde cero.
«La naturaleza es la tierra y son otros seres, y si no tenemos algún tipo de retorno espiritual a nuestro planeta, temo que nos comprometamos», explicó Salgado.
Una muestra asombrosa de la diferencia que solo una pareja puede hacer en el medio ambiente cuando se lo proponen.