No es una novedad que el consumo de carbón y combustibles fósiles produce toneladas de dióxido de carbono cada año lo cual puede elevar significativamente las temperaturas en la atmósfera. Sin embargo, que aparezca en un periódico de hace más de un siglo, si es bastante curioso.
El 14 de agosto de 1912, un periódico llamado Rodney y Otamatea Times, Waitemata y Kaipara Gazette imprimió un párrafo «profético» en su sección de «notas científicas y noticias».
La breve nota advertía que la atmósfera de la Tierra estaba cambiando debido a la forma en que las economías del mundo estaban aumentando la producción de combustibles fósiles.
«El consumo de carbón afecta el clima», decía el pequeño titular.
Esto es lo que puede leerse en el periódico:
«Los hornos del mundo ahora están quemando aproximadamente 2.000.000.000 de toneladas de carbón al año. Cuando esto se quema, uniéndose con oxígeno, agrega aproximadamente 7.000.000.000 de toneladas de dióxido de carbono a la atmósfera anualmente».
«Esto tiende a crear en el aire de la Tierra una capa que eleva su temperatura. El efecto puede ser considerable en unos pocos siglos».
Es una explicación increíblemente sucinta de cómo la humanidad ha contribuido al calentamiento de la atmósfera terrestre.
Sin embargo, no fue la primera vez que el texto era publicado. Unas semanas antes, un segmento similar en una edición de marzo de 1912 de Popular Mechanics fue probablemente la primera que hablaba en estos términos.
Hoy, a pesar de la advertencia, no hemos cambiado tanto:
En 2016, el mundo consumió más de 5.3 mil millones de toneladas métricas de carbón. La atmósfera de la Tierra ahora tiene una cantidad de CO2 sin precedentes: la concentración ha aumentado por encima de 411 partes por millón, el nivel más alto en 800,000 años.