Existe un mito popular de que la Biblioteca de Alejandría, el centro de la vida intelectual en la antigüedad, fue destruida en un gran incendio. Según ello, una vasta colección de libros y pergaminos se perdió trágicamente en la historia, un evento que retrasó el avance del conocimiento humano por siglos. La persistencia de este mito habla de nuestra profunda ansiedad por un evento cataclísmico que destruye nuestro conocimiento colectivo y envía a nuestra especie de regreso a las edades oscuras.
La Fundación Arch Mission, en colaboración con Microsoft y el Laboratorio de Sistemas de Información Molecular de la Universidad de Washington, Twist Biosciences, planea enviar una ‘cápsula del tiempo’ en ADN sintético a la Luna en 2020, con el propósito de archivar permanentemente el conocimiento humano durante miles de millones de años.
Dicha fundación se dedica a crear archivos que pueden sobrevivir durante mucho tiempo en el espacio y proyecta que esta ‘Biblioteca Lunar’ incluya instrucciones sobre cómo secuenciar el ADN y cómo acceder a los contenidos del archivo.
Arch Missión planea enviar un archivo de 10,000 imágenes de fuentes múltiples, el texto completo de 20 libros, la totalidad de Wikipedia, entre otra información, a la Luna en 2020.
Diseminar información clave de la humanidad
El objetivo de Arch Mission es preservar y diseminar la información clave de la humanidad en el espacio y el tiempo, para el beneficio de futuras generaciones, según expone en su sitio web. De manera que para preparar el ADN sintético para su vida en el espacio, los investigadores han estado desarrollando nuevos métodos para empaquetar y proteger la información que almacena, y enviarlo por medio del Astrobotic.
«Enviar ADN al espacio es una gran oportunidad para que hagamos nuestro sistema de almacenamiento más robusto», dijo en un comunicado Luis Ceze, profesor de la Escuela de Ciencias de la Computación e Ingeniería Paul G. Allen de la Universidad de Washington.
¿Cómo proteger el ADN para que aún pueda leerse miles de años en el futuro?
Almacenar datos electrónicos en moléculas de ADN ahorra mucho espacio de almacenamiento. Los centros de datos requieren hectáreas de tierra y representan casi el 2 por ciento del consumo total de electricidad en los Estados Unidos, pero las moléculas de ADN pueden almacenar información millones de veces más compacta utilizando menos energía.
«El ADN es tan denso que podemos almacenar mucha información en un solo gramo», dijo Ceze. «Esto es clave porque el espacio es muy limitado en las misiones espaciales».
Debido a su diseño miniaturizado, la Biblioteca Lunar podría colocar 30 millones de páginas en un contenedor cilíndrico delgado del tamaño de un DVD.
El proceso básico convierte las cadenas de datos digitales de unos y ceros en los cuatro componentes básicos de las secuencias de ADN: adenina, guanina, citosina y timina. El equipo está trabajando con Twist Bioscience para crear moléculas de ADN sintético en un laboratorio. Este ADN no proviene de organismos vivos. En su lugar, se sintetiza desde cero base por base (letra por letra).
En el espacio, los rayos cósmicos dispersos podrían romper las cadenas de ADN, haciéndolos ilegibles. Así que Ceze y su equipo han estado trabajando en métodos para asegurar que, incluso si parte del ADN se degrada, aún puedan decodificar toda la información.
Métodos para lograrlo
El primer método, llamado redundancia física, implica agregar múltiples copias de cada hebra de ADN al archivo. Entonces, si una copia se destruye, todavía hay muchas otras copias con la misma información. El equipo está considerando agregar miles de millones de copias de cada línea para explicar la degradación en el tiempo, dijo Ceze.
El segundo método, llamado redundancia lógica, adjunta información sobre los datos dentro del propio ADN, como agregar información sobre cómo se juntan dos piezas de rompecabezas. De esa manera, si todas las copias de una hebra de ADN desaparecen, los investigadores pueden reconstruir lo que se perdió y aún así obtener todos los datos.
Por ejemplo, para almacenar dos números, dos y tres, los investigadores también almacenarían la información de que dos más tres son cinco. Entonces, si algo le sucediera al número dos, los números cinco y tres seguirían existiendo. Esa lógica podría invertirse para concluir que la información faltante es cinco menos tres, o dos.
La Fundación Arch Mission también tiene planes de enviar bibliotecas miniaturizadas a Marte y otros lugares extraterrestres en el futuro.