Hace 30 años un pueblo español quedó sumergido bajo las aguas de un embalse en la provincia de Ourense, en Galicia. Ahora, producto de una extrema sequía en la región, ha emergido de entre las aguas.
En 1992, los residentes de Aceredo, un pequeño pueblo en la frontera entre España y Portugal, vieron cómo crecía el río Limia, desbordándose y sumergiendo su ciudad. Sin embargo, esta no fue una inundación típica. La zona necesitaba un nuevo embalse, y Aceredo fue sacrificado para darle paso.
Calles, viviendas y casas de Aceredo se hundieron luego de que una hidroeléctrica portuguesa cerrara el 8 de enero de 1992 las compuertas del embalse de Lindoso situado en el río Limia.
Ahora, luego de 30 años, este «pueblo fantasma» está resurgiendo, producto de una extrema sequía en la región.
Actualmente, con el embalse al 15 % de su capacidad, se pueden ver partes de las casas destruidas de las que apenas se mantienen los muros en pie. Al igual que reaparecen carros oxidados, árboles muertos y algunos enseres que flotan en el estanque.
Sequía sumada al cambio climático
Aunque en la Península Ibérica las sequías no son fenómenos extraños, los expertos aseguran que el cambio climático exacerbó sus efectos: en los últimos tres meses de 2021, en España se registró tan solo el 35 % de las precipitaciones medias registradas entre 1981 y 2010 durante el mismo período.
Durante una estación seca típica, algunos techos pueden asomarse a medida que bajan los niveles del agua. Sin embargo, el depósito rara vez se vuelve lo suficientemente bajo como para revelar tanto. Pero este año, después de meses de sequía histórica en la región, casi todo el pueblo está en tierra seca.
María del Carmen Yáñez, alcaldesa del municipio más grande de Lobios, que incluye a Aceredo, explicó que el embalse está tan bajo debido a una sequía provocada por el cambio climático, así como a la «explotación bastante agresiva» por parte de la compañía eléctrica portuguesa que gestiona el embalse.
Este año, en medio de niveles récord de precipitaciones escasas o nulas, los agricultores de Portugal y España, que están cultivando productos para toda Europa, temen que las cosechas de esta temporada se arruinen.
Obligados a evacuar
A principios de la década de 1990, solo Aceredo tenía 70 casas y 120 ciudadanos, todos los cuales se vieron obligados a evacuar en los días previos a la construcción del embalse.
Pero no se fueron sin luchar. Hubo quejas, protestas y hasta una huelga de hambre de 10 días encabezada por ciudadanos furiosos.
Los lugareños consiguieron que una iglesia histórica fuese trasladada a un pueblo diferente y las familias optaron por trasladar los cuerpos de sus seres queridos fallecidos que fueron enterrados en el pueblo.
José Luis Penín, un lugareño de 72 años, dijo a AP que solía detenerse en el bar de Aceredo después de un largo día de pesca. «Todo el lugar solía ser todo viñedos, naranjos. Todo era verde. Fue hermoso», dijo.
Además, cuando los residentes comenzaron a reunir sus pertenencias y planificar sus mudanzas, filmaron las escenas a su alrededor. No hay duda de que las imágenes de la vida en Aceredo ayudaron a preservar la historia del pueblo fantasma. Y en 2015, dos cineastas usaron las imágenes para armar un documental llamado Os Días Afogados, que significa «Los Días Ahogados».
Aun así, las pérdidas fueron grandes para las familias que se vieron obligadas a trasladarse. Muchos habían vivido en Aceredo durante generaciones, sin conocer nunca otro hogar. Algunos se mudaron a pueblos cercanos, mientras que otros abandonaron el área por completo para crear nuevos recuerdos en otros lugares.
Visitado por turistas
A pesar de las circunstancias que llevaron a este resurgimiento, los turistas vienen en masa para explorar el pueblo.
Se pueden ver carreteras, caminos y áreas de tierras de cultivo anteriores, al igual que antiguas casas y negocios. Las estructuras de piedra permanecen, aunque la mayoría de los techos se han derrumbado, y las puertas y ventanas de madera están podridas. Incluso una fuente de la que todavía brota agua a través de una oxidada cañería.
Según comentó la alcaldesa Yáñez «Es brutal la cantidad de gente que se desplaza, sobre todo en fin de semana, para ver Aceredo».
A los turistas, se suman a los antiguos residentes, que están teniendo otro vistazo de las casas y lugares que pensaron que nunca volverían a ver.
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La historia de Aceredo se suma a otros «pueblos fantasmas» que han resurgido en Europa. Se verificó la reaparición pequeñas ciudades que estuvieron sumergidas bajo el agua y ahora han emergido, como el caso de Mardale Green, en Distrito de los Lagos (Reino Unido), desaparecido en la década de 1930 y reaparecido en 2021. Al igual que el pueblo italiano de Curon, que emergió tras estar sumergido en un lago durante más de 70 años.
Fuente: Clarin / AP News.
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