Científicos aseguran que este año se podría registrar la mayor caída de emisiones de dióxido de carbono desde la Segunda Guerra Mundial debido a la pandemia de coronavirus y la paralización de las economías a nivel mundial.
Aproximadamente un tercio de la población mundial se encuentran actualmente bajo estrictas órdenes de quedarse en casa para frenar la propagación del COVID-19.
Las fábricas han sido cerradas, el tránsito de autos se ha visto enormemente reducido y muchas aerolíneas en casi todo el mundo se encuentran paralizadas.
Las imágenes satelitales nos muestran la disminución de los niveles de contaminación sobre China, India e Italia, entre otros países, indicando el impacto que esta pandemia puede tener en nuestro medio ambiente.
Al igual que está sucediendo ahora, durante la Segunda Guerra Mundial, también fue uno de los raros momentos de la historia en que las emisiones globales de carbono vieron mella en su tendencia.
«Es probable que ni la caída de la Unión Soviética ni las diversas crisis de petróleo o de ahorro y crédito de los últimos 50 años hayan afectado a las emisiones de la misma manera que esta crisis», dijo a Reuters el presidente del Proyecto Global de Carbono, Rob Jackson, cuya organización cuantifica las emisiones globales anuales de gases de efecto invernadero y sus causas.
Según Jackson, las emisiones y producción de carbono podría reducirse un 5% este año. Lo que lo convertiría en la primera caída desde la crisis financiera de 2008, cuando hubo una disminución anual de 1.4%.
Solo un corto alivio
Sin embargo, las reducciones observadas se han producido en circunstancias extraordinarias y no debido a cambios estructurales. Por lo tanto, los científicos del clima advierten que esta caída de las emisiones sea de corta duración y vuelva a los niveles vistos antes de que COVID-19 apareciera.
«Tan pronto como termine el confinamiento, se espera que las emisiones vuelvan a estar cerca de donde estaban», explica la científica climática de la Universidad de East Anglia en Inglaterra, Corinne Le Quéré.
Sin duda, estamos viviendo en tiempos difíciles. El enfoque investigativo debe estar encaminado a resolver la crisis actual. Pero una vez que se desvanezca, el mundo no puede ignorar las fuerzas silenciosas de destrucción que los científicos han advertido durante años: la contaminación y el calentamiento global.
