La nave espacial japonesa Hayabusa-2 ha logrado un aterrizaje exitoso de otra sonda en la superficie del asteroide Ryugu, el tercero en aproximadamente 10 días.
Este módulo de aterrizaje se llama Mobile Asteroid Surface Scout (MASCOT) y fue desarrollado por el Centro Aeroespacial Alemán (DLR). Fue lanzado ayer desde Hayabusa-2, y aterrizó en el asteroide Ryugu, a 280 millones de kilómetros (175 millones de millas) de la Tierra.
Hello #Earth, hello @haya2kun! I promised to send you some pictures of #Ryugu so here’s a shot I took during my descent. Can you spot my shadow? #AsteroidLanding pic.twitter.com/dmcilFl5ms
— MASCOT Lander (@MASCOT2018) 3 de octubre de 2018
MASCOT
El MASCOT, está diseñado para saltar a través de la superficie de Ryugu y tomar medidas en diferentes lugares. Lo hará moviendo un brazo con un motor, cuyo impulso hará que MASCOT salte en el entorno de baja gravedad del asteroide.
El rover tiene una forma de caja rígida, mide unos 30 centímetros de largo y pesa unos 10 kilogramos. Se alimenta con una batería no recargable, por lo que su vida útil será corta: recogerá las mediciones durante solo 16 horas. Saltará solo una vez en la misión, a diferencia de los rovers MINERVA-II1, que funcionan con energía solar para operar más tiempo en la superficie.
Según informa el DLR, el momento de la separación fue uno de los riesgos de la misión: si MASCOT no se hubiera separado con éxito de Hayabusa-2 según lo planeado, el equipo del módulo de aterrizaje hubiera tenido muy poco tiempo resolver este problema.
Afortunadamente, todo resultó bien. Después de aterrizar, el equipo dijo que MASCOT ya había tomado 20 imágenes con una cámara a bordo, que se transmitirán a Hayabusa-2 y se enviará a la Tierra en un par de días.
«La cámara funcionó a la perfección», dijo en un comunicado Ralf Jaumann, científico planetario de DLR y director científico. «Las primeras imágenes del equipo de la cámara son por lo tanto seguras».
MASCOT tiene otros tres instrumentos a bordo, que se utilizarán para estudiar el asteroide. Estos son un microscopio infrarrojo para estudiar el suelo, un magnetómetro para buscar signos de un campo magnético y un radiómetro para medir la temperatura de la superficie.
La misión
El objetivo de esta misión, y la misión general de Hayabusa-2, es aprender más sobre los orígenes de nuestro Sistema Solar. Al estudiar Ryugu, se espera que podamos tener una mejor idea de cómo los objetos como este poblaron el Sistema Solar temprano.
MASCOT tiene también otro papel que desempeñar. Al estudiar la superficie, ayudará a los científicos de la misión a decidir dónde desplegar un impactador de Hayabusa-2, creando un cráter artificial. El próximo año, la nave espacial descenderá y recogerá material de este cráter, devolviéndolo a la Tierra junto con otras muestras en el año 2020.
Hayabusa-2 tiene un módulo de aterrizaje más para enviar a la superficie, denominado Rover 2, que se desplegará en 2019. Este último aterrizaje de MASCOT es otro gran logro para la misión, pero hay muchos más momentos emocionantes por venir.