La historia de estos luchadores es muy famosa, de hecho, durante un período fueron quienes peleaban en los conflictos entre las naciones. Uno de ellos fue Hasekura Tsunenaga, el samurái que dio inicio a las relaciones entre América y Japón hace cuatro siglos.
Datos curiosos sobre los samuráis
La palabra «samurái» significa «servir o proteger», al escucharla inmediatamente se nos viene a la mente la imagen de un guerrero acompañado de su espada.
A muchas personas les fascinan los relatos sobre los samuráis, pero algunos, aunque son importantes, no son tan célebres como deberían. Durante el Japón medieval, fueron imprescindibles pues eran los encargados de proteger a la nación, servían al emperador.
Estos guerreros seguían un código de normas morales que se encontraban plasmadas en un libro llamado: «El Bushido». Su estilo de vida se basaba en siete virtudes: Benignidad, cortesía, honor, honestidad, lealtad, justicia y sobre todo valentía, el coraje era imprescindible para los samuráis.
Una de las historias más célebres
Es cierto que en el mundo se escuchan muchos relatos sobre estos aclamados espadachines, uno de los más conocidos es el de: «el último samurái». O la historia de Yasuke, un hombre afrodescendiente.
Sin embargo, para muchos, una de las biografías más emocionantes pero olvidadas es sobre el guerrero que llegó a México hace un poco más de 400 años. Se trata de Hasekura Tsunenaga, quien atracó en Acapulco junto con su clan de luchadores.
Según cuenta la historia, algunos de los navegantes se adaptaron al estilo de vida que se llevaba en este lugar, a tal punto que decidieron quedarse y nunca volver a Japón.
La misión de Hasekura Tsunenaga
Este hombre no era un simple guerrero, también fue un explorador que logró llegar a México (Acapulco) desde Japón a través de las aguas del Pacífico. La expedición que realizó fue con la finalidad de estrechar los lazos entre el gobierno de Japón y España.
En aquel tiempo, los españoles estaban apoderados de esta región mexicana, así que emprendieron su viaje para visitarlos pacíficamente. Tsunenaga era el encargado de un grupo de cristianos que se dirigieron a Acapulco para colaborar con los jesuitas en la construcción de puentes.
La travesía de Tsunenaga
Hasekura salió de Japón como encargado del navío en el año 1613, el barco llevaba 180 pasajeros, 22 eran samuráis, el resto eran comerciantes, marineros y sirvientes. También viajaban con 40 españoles y portugueses, la travesía en el mar duró alrededor de tres meses, hasta que finalmente lograron llegar al puerto mexicano.
Después de todo ese tiempo navegando, los tripulantes no sabían lo que estaba por ocurrir. Cuando apenas estaban desembarcando, empezaron las disputas entre los japoneses y españoles por los regalos enviados por el gobernante de Japón. En esta pelea, el escudero de unas damas conocido como Vizcaíno resultó herido de gravedad.
El tour de Hasekura en diferentes partes del mundo
En marzo del año 1614 el samurái hizo un recorrido por Cuernavaca y llegó a la capital, finalmente se reunió con el obispo y virrey de México. Según algunos documentos, Hasekura fue bautizado por el sacerdote como Felipe Francisco de Fachicura en España, con el objetivo de mejorar las relaciones.
Cuando partió de Veracruz, el guerrero que ahora se dedicaba a explorar y viajar, pudo visitar diferentes puertos de Europa. ¿Cuál era el propósito de estos viajes? Conseguir la aprobación del sumo pontífice y Rey de España, para enviar misioneros y establecer un comercio directo.
Posteriormente, el viajero siguió haciendo un recorrido para reafirmar la economía de Japón, incluso, visitó Roma. Pero ¿qué pasó? Al inicio de su campaña, el samurái tuvo éxito y consiguió negociar con el gobierno español. Sin embargo, el éxito fue fugaz, ¿a qué se debió esto?
Los cambios en Japón y el efecto que negativo que ocasionaron
Cuando Hasekura regresó a Japón, se dio cuenta de que había empezado una nueva era llamada Tokugawa, con un gobernante extremadamente xenofóbico. Quien en algún momento se dedicó a perseguir a los cristianos.
Algunos días después del regreso a casa de Hasekura, se emitió una interdicción contra el cristianismo. Se ordenó a todos los cristianos en Japón que abandonaran su fe. Aquellos que no se retractaron enfrentaron el exilio o la ejecución.
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Como consecuencia, las noticias sobre tal persecución se empezaron a extender y se negaron a responder a las solicitudes del comercio. Poco a poco, Japón se fue sumiendo en una política de aislamiento, y la misión de Hasekura se vio muy afectada.
Hasekura murió de una enfermedad en 1622, solo dos años después de regresar a Japón. Hasta el día de hoy, se desconoce la ubicación de su tumba.
A pesar de todo, este guerrero fue muy conocido como un dirigente único y gran líder legendario. Como muestra de lo importante que llegó a ser Hasekura, en Italia, España, Cuba, México, Japón, pueden observarse las estatuas que hicieron en honor a su nombre.
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