En sus inicios, el Sistema Solar fue un lugar particularmente violento, con colisiones cataclísmicas entre protoplanetas relativamente comunes. Entre ellas encontramos la llamada teoría del gran impacto, en el cual, un planeta llamado Tea ―del tamaño de Marte― colisionó con la Tierra hace 4.400 millones de años, y a partir de sus restos se formó la Luna.
Un nuevo estudio ha propuesto que la riqueza de nuestro planeta en carbono y el nitrógeno, es el resultado de ser golpeado por un cuerpo grande, casi seguramente el mismo impacto que se cree que ha producido la Luna. Si esta teoría es correcta, sería significativa para las perspectivas de vida extraterrestre.
Según científicos de la Rice University en Texas, esta violenta colisión también puede haber transferido elementos volátiles a la superficie de nuestro planeta, elementos que luego serían esenciales para el desarrollo de la vida.
Dado que la mayoría de los científicos planetarios ya están convencidos de que tal evento ocurrió, causando la formación de la Luna, el escenario es fácil de creer. Los núcleos de los cuerpos en colisión se fusionaron, dejando el azufre y el nitrógeno entrantes fuera del alcance de la corteza y el manto, pero dejando atrás el carbono.
Ahora, el estudiante graduado de la Universidad Rice, Damanveer Grewal, sostiene que una lluvia constante de meteoritos más pequeños no podría producir la mezcla de elementos que vemos.
Grewal y sus coautores dicen que cuanto más dispersas estén las fuentes de los bloques de construcción de un planeta dentro del disco protoplanetario, más probable será que haya suficientes elementos volátiles para hacer posible la vida.
El estudio
Para llegar a esta conclusión, los investigadores realizaron experimentos con las mismas altas temperaturas y presiones que se pueden encontrar en las profundidades de un planeta.
El objetivo era determinar exactamente de dónde provienen muchos de los elementos clave de la Tierra.
«Desde el estudio de los meteoritos primitivos, los científicos han sabido durante mucho tiempo que la Tierra y otros planetas rocosos en el Sistema Solar interior están agotados por la volatilidad», dijo el investigador Rajdeep Dasgupta.
«Pero el momento y el mecanismo de la entrega volátil se han debatido acaloradamente. El nuestro es el primer escenario que puede explicar el momento y la entrega de manera consistente con todas las pruebas geoquímicas».
Uno de los autores de la investigación, subrayó que este hallazgo tiene importancia también más allá de nuestro Sistema Solar. «Este estudio sugiere que un planeta rocoso similar a la Tierra tiene más posibilidades de adquirir elementos esenciales para la vida si se forma y crece a partir de impactos gigantes con planetas que han muestreado diferentes bloques de construcción, tal vez de diferentes partes de un disco protoplanetario».
La investigación fue publicada en la revista Science Advances.