Dos fuertes sismos de magnitudes 4,7 y 5,7 se presentaron a finales de septiembre en Estambul, con una diferencia de tan solo dos días. A raíz de ello se activó la falla de Anatolia del Norte, una de las estructuras geológicas más peligrosas del mundo.
La falla de Anatolia del Norte, separa las placas tectónicas de Eurasia y Anatolia en una distancia de más de 1000 kilómetros desde el este de Anatolia a lo largo de la costa turca del Mar Negro y a través del Mar de Mármara hasta el Egeo del Norte. Desde comienzos del siglo XX, fuertes terremotos con magnitudes superiores a 7 han matado a más de 20,000 personas en esta zona.
El área debajo del Mar de Mármara, al sur de Estambul, ha sido investigada durante años por diversos geólogos, quienes han advertido que esta ‘frontera’ geológica podría causar un devastador terremoto tarde o temprano.
De acuerdo con un reporte del diario alemán Spiegel, los expertos advirtieron que los 15 millones de habitantes de la ciudad de Estambul se encuentran en riesgo.
Una considerable tensión tectónica, que se acumula a lo largo de la falla de Anatolia del Norte, fue la fuente del último gran sismo que golpeó al noroeste de Turquía hace 20 años: el terremoto de Izmit, de magnitud 7,4, cobró la vida de más de 17.000 personas en 1999.
Posible colisión de las placas
Investigadores del Centro de Investigación de Geociencias de Alemania (GFZ), junto con colegas de Francia y Turquía, han estado investigando mediciones del fondo marino. Su estudio, publicado en julio en la revista Nature, comprueba el riesgo de un terremoto inminente cerca de Estambul.
Según destacan los expertos, la tensión tectónica de la falla es aún mayor que en 1999. Resulta que en lugar de divergir entre sí, las placas de Eurasia y Anatolia se chocan. Los investigadores advierten que el resultado de tal colisión podría ser un terremoto de magnitud entre 7,1 y 7,4.
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Sin embargo, los expertos aún no pueden predecir cuándo y cómo se liberarán las placas de su posición actual.