Una mantarraya gigante de tres metros de ancho (9.8 pies), con varios anzuelos de pesca en el ojo derecho se aproximó a un grupo de buceadores para intentar que le salvaran la vida.
El encuentro ocurrió cerca de la Costa de Ningaloo (Australia Occidental), y las imágenes del suceso muestran cómo la criatura, a la que los lugareños apodan Freckles (‘pecas’, en inglés), «permaneció completamente inmóvil» mientras el fotógrafo subacuático Jake Wilton le quitaba los garfios con suavidad.
Este hombre relató que el animal se le acercó «más y más» hasta que se volteó para mostrarle el órgano que le dolía y, cuando se sumergió varias veces «para ver cómo reaccionaría al estar cerca», el animal no se movió.
Finalmente, Jake pudo quitar cuidadosamente los ganchos y Freckles se deslizó pacíficamente hacia el mar de aguas cristalinas.
«A menudo guío a buceadores en la zona y es como si me reconociera y confiara en que la ayudaría», confesó Witon, quien quitó esos objetos que podían generar una infección, causar ceguera e, incluso, provocar la muerte a Freckles.
Monty Halls, un biólogo marino británico que se encontraba a bordo del barco en ese momento, asegura que la mantarraya «entendió absolutamente lo que pasaba».
Peces inteligentes
Las mantarrayas se encuentran entre los peces más inteligentes del mar. Tienen el cerebro más grande que cualquier pez cartilaginoso, a pesar de que su cuerpo es considerablemente más pequeño que los tiburones grandes. Algunas de sus células cerebrales también son físicamente comparables a otras especies animales, como las aves y los mamíferos. Esta capacidad intelectual adicional significa que son comunicativas, juguetonas y emocionalmente sensibles. Como han demostrado las pruebas de comportamiento, las mantarrayas incluso muestran signos de autoconciencia.
Sin embargo, a pesar de esto, ser inteligente para un pez tampoco significa que estén a salvo de los peligros de la humanidad. La Lista Roja de la UICN establece que esta especie es vulnerable a la extinción y que su población mundial está disminuyendo. Su principal amenaza es la pesca, ya sea dirigida o accidental, aunque también son susceptibles a la contaminación, las rutas de navegación cada vez más concurridas y el auge del desarrollo industrial.
