La Vía Láctea y la galaxia Andrómeda ya están fusionándose

La Vía Láctea y la galaxia Andrómeda ya están fusionándose

Astrónomos ya detectaron las primeras señales de la fusión de la Vía Láctea y Andrómeda, analizando el halo de gas de Andrómeda.

El halo galáctico de gas de Andrómeda ya está chocando con el halo de la Vía Láctea. Este acontecimiento se detectó a través de observaciones con el Telescopio Espacial Hubble y al mapeo detallado del halo que rodea a Andrómeda y de unas fuentes de radiación electromagnética fuera del halo. Ambas galaxias se fusionarán debido a la portentosa fuerza de gravedad entre ambas.

La Vía Láctea y la galaxia Andrómeda

Simulación de la fusión de galaxias Andrómeda y Vía Láctea
Simulación de la fusión de galaxias Andrómeda y Vía Láctea. Crédito: NASA / ESA / Z. Levay and R. van der Marel, STScI / T. Hallas / A. Mellinger.

La Vía Láctea es nuestra galaxia y tiene un diámetro inimaginable de 100.000 años luz, equivalente a 1 trillón de kilómetros. Nuestro Sistema Solar está entre su conjunto de más de 300.000 millones de estrellas. Andrómeda es el doble de grande y contiene alrededor de 1 billón de estrellas.

La distancia entre ambas galaxias vecinas es de unos 2,5 millones de años luz. En kilómetros esa cantidad es inconmensurable; se debe multiplicar cada año luz por 9,5 billones km. Pero se contrarresta por la altísima velocidad; Andrómeda se está acercando hacia nosotros a 400.000 km por hora.

La colisión y fusión de galaxias será segura, pero hasta dentro de 4500 millones de años, aproximadamente. Se prevé que la humanidad ya no existirá en ese tiempo.

Primeras señales de la fusión de galaxias

Halo galáctico alrededor de Andrómeda y los cuásares en color naranja
Halo galáctico alrededor de Andrómeda y los cuásares en color naranja. Crédito: NASA.

Este 2020 se pudo cartografiar el halo de gas cósmico que rodea a la galaxia Andrómeda. Lo hicieron astrónomos de la NASA con el Telescopio Espacial Hubble. Analizaron la luz ultravioleta de 43 cuásares, unas fuentes de radiación electromagnética cuya luz interactúa con el halo de Andrómeda.

El análisis se realizó con el programa AMIGA (siglas en inglés de Mapa de Absorción de Gas Ionizado en Andrómeda) y se examinó la forma en que esa luz de los cuásares es absorbida por el halo. Se detectó que el halo se extiende por 1,3 millones de años luz, formando una esfera alrededor de Andrómeda.

A esa distancia, el halo de Andrómeda ya está chocando con el halo de la Vía Láctea. Esas son las primeras señales de la colisión y fusión de galaxias ¡y ya somos testigos de ello!

Es crucial estudiar los halos galácticos

Halo de Andrómeda
Halo de Andrómeda. Crédito: NASA.

Los astrónomos del presente estudio estipulan que es muy importante estudiar los halos galácticos porque ayudan a comprender el nacimiento y evolución de las estrellas (debido al abundante gas que sirve de combustible). Samantha Berek, coautora del estudio, dijo en un comunicado:

Estos depósitos de gas contienen el combustible necesario para la formación de futuras estrellas dentro de las galaxias. Están llenos de pistas sobre la evolución pasada y por venir de las galaxias, y por fin podremos estudiar uno con gran detalle en nuestro vecino galáctico más cercano.

De acuerdo a Nicolas Lehner, autor principal del estudio, la capa exterior del halo es «más uniforme y caliente», mientras que la interna tiene mayor movimiento. Esto podría deberse a supernovas en el disco galáctico, que afectan la capa interna.

Galaxia Andrómeda
Galaxia Andrómeda. Crédito: Boris Štromar / Wikimedia commons.

Esas supernovas son explosiones de estrellas y una prueba de ellas es la abundante cantidad de metales pesados en el halo de Andrómeda. Los metales pesados se producen con las supernovas.

Este último mapeo del halo de Andrómeda fue fundamental para descubrir el nivel de acercamiento con nuestra Vía Láctea. Es definitivo que ya inició la fusión galáctica, pero según los astrofísicos, la humanidad no estará viva cuando se unan dentro de 4500 millones de años, a menos de que colonicemos un exoplaneta.

El estudio científico ha sido publicado en la revista The Astrophysical Journal.

Referencias:

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