Desde hace siglos se han documentado los viajes astrales. Podemos encontrar referencias en el antiguo Egipto, donde sacerdotes poseían conocimientos de la existencia del cuerpo y el plano astral. Sus templos estaban rodeados de jeroglíficos en donde representaban al cuerpo físico recostado y «algo» saliendo de él a un plano astral.
Para todos aquellos que no lo sepan ¿Qué es realmente un viaje astral? Se trata de una forma de sueño que no se incluye en la definición de los sueños o sueños lúcidos. Normalmente se llama «experiencias fuera del cuerpo» y suceden cuando el alma y la consciencia se separan del cuerpo físico y usa su forma astral para volverse independiente.
Al momento que esto sucede podemos percibir todo lo que sucede, algo que lo distingue de los sueños.
El viaje astral como un fenómeno común
Aunque no lo parezca, los viajes astrales son más comunes de lo que parecen. Diferentes estudios reflejan que al menos el 80% de los adultos tienen recuerdos de viajes astrales en diversos momentos. A pesar de que no es del todo claro si se tratan de viajes esporádicos o por sucesos específicos en sus vidas.
Sin embargo, los viajes astrales pueden aprenderse y desarrollarse como cualquier otra habilidad, sin necesidad de ninguna clase de «don» especial. La proyección se puede hacer consciente y controladamente, incluso existen personas que la experimentan espontáneamente estando despiertas y lúcidas.
El viaje astral también es conocido por ciertas culturas como «bilocación». El aura místico que lo rodea se debe al desdoblamiento que puede permitir que personas con la facultad de proyectarse fuera de su cuerpo visite dos lugares a la vez.
Personajes de la historia que tuvieron viajes astrales
Durante muchos años, personajes históricos han tenido viajes astrales. Incluso dentro de la Iglesia se han registrado fenómenos relacionados. San Antonio de Padua y San Alfonso María de Ligorio fueron vistos en diferentes lugares mientras ellos permanecían dentro del monasterio.
Emmanuel Swrdenborg, mítico científico sueco que dejó sus investigaciones para dedicarse a la espiritualidad racional, también declaró haber visitado diferentes dimensiones, dando detalles específicos de cada una de ellas.
Incluso, Napoleón, durante sus últimos días realizó un viaje astral; su madre declaró que su hijo la había visitado en Roma para despedirse de ella. Sin embargo, Napoleón se encontraba moribundo en Santa Elena.
El miedo a los viajes astrales
Posiblemente, el miedo es el principal culpable de que no se pueda hacer un viaje astral. Cuando una persona se ve fuera de su cuerpo y siente realmente que ha dejado el plano físico por uno astral, se aterra y eso lo lleva a volver inmediatamente. Nos aferramos a nuestra vida y a ella volvemos. La práctica, como todo en este mundo, lleva a perfeccionar la técnica.
Las sensaciones que se perciben en el viaje astral similares para todos. Entre ellas está la «autobilocación», que se refiere a la visualización del propio cuerpo. También se experimenta la desagradable sensación de la parálisis de sueño.
El cordón de plata
Cuando nos separamos de nuestro cuerpo físico, nuestro cuerpo astral continúa conectado a él a través del conocido «Cordón de plata», un cúmulo de moléculas que vibran a gran velocidad, parecido al cordón umbilical que une a la madre y al hijo.
Se le llama de esa forma debido a los diferentes brillos que desprende le da un aspecto plateado. Dicho cordón se puede extender de forma infinita, por lo que no importa a donde viajemos, nuestro cordón de plata de seguridad seguirá unido a nosotros.
A continuación te compartimos una meditación guiada para los viajes astrales:
Una publicación de Mystery Science. Todos los derechos reservados. – Está expresamente prohibida la redistribución y redifusión de este contenido sin previo consentimiento.
